La administración de los riesgos es una actividad que las empresas están obligadas a realizar para generar tranquilidad y confianza.
El presente siempre es un lugar paradójico, dicotómico y fugaz. Y es en este entorno incierto, acompañado de riesgos, donde buscamos nuevas formas de proteger y salvaguardar lo que con sacrificio y esmero hemos venido trabajando: nuestro patrimonio.
El riesgo es una condición del mundo real en el cual hay una exposición a la adversidad, conformada por una combinación de circunstancias del entorno, donde hay posibilidad de perdidas. Por su naturaleza se encuentra en todos lados y en el ámbito de los negocios podemos afirmar que forma parte de la vida empresarial.
Ninguna entidad opera en un ambiente libre de riesgos. No es que el riesgo exista por falta de controles, es que existe por sí mismos y es un factor crítico para el éxito de cualquier empresa, si su habilidad para manejar se desarrolla de manera efectiva.
Con esta nueva perspectiva del riesgo, es importante que sea visto desde tres diferentes enfoques.
El primer enfoque es pensar que nuestras empresas siempre están sobre una cuerda floja, donde el riesgo es visto como peligro. Es segundo enfoque es percibir al riesgo como incertidumbre. Al final, sin embargo, es posible convertir al riesgo en oportunidad. Es esta tercera visión la que nos debe ocupar.
Por lo tanto, la administración de los riesgos es una actividad que las empresas están obligadas a realizar para generar tranquilidad y confianza a sus accionistas. Sin embargo, los grandes escándalos financieros como Ernon, Wordcom, entre muchos otros, han dejado en evidencia que muchas empresas no están haciendo una adecuada y efectiva administración de riesgos.
La administración y gestión del riesgo la podemos definir como un proceso de identificación, riesgo, evaluación y control del riesgo, con el objetivo de asegurar que las operaciones de la empresa no estén expuestas a contingencias que amenacen la seguridad del patrimonio.
Tenemos que trabajar con una aproximación certera del comportamiento de los riesgos, anticipando posibles pérdidas accidentales con el diseño e implementación de procedimientos que minimicen la ocurrencia de pérdidas o el impacto financiero de las pérdidas que puedan ocurrir, brindando confianza y seguridad razonable a los interesados en la compañía.
Al respecto, el Código de Mejores Prácticas Corporativas establece como una responsabilidad específica del Consejo de Administración la de verificar que se observen los mecanismos para el control de los riesgos a que está sujeta la sociedad.
Al respecto, el marco de control interno mas adoptado en la Empresas Mexicanas, es el denominado "COSO ERM (Enterprise Risk Management)", alineado a los requerimientos internacionales, al Comité de Mejores Prácticas Corporativas y la Nueva Ley del Mercado de Valores.
Este marco, implica una reorganización de los modelos tradicionales de control, involucrando al Consejo de Administración y los órganos de Gobierno de las organizaciones. Ellos estarán dispuestos a crear conciencia y usar al control interno como una herramienta esencial en el cumplimiento de políticas y procedimientos desde la perspectiva de sus riesgos estratégicos.
Sin lugar a dudas, la administración de riesgos se convierte en un aliado de gran valor para los empresarios y será un tema a promover por el Instituto, en el que proporcionaremos las bases de su implementación y seguimiento.
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